Henri Cartier-Bresson fue el fotógrafo del instante decisivo, esa fracción de segundo en la que todas las piezas de la realidad se juntaban de forma sorprendente, creando imágenes complejas cuya descripción verbal podría ser un juego de malabares. Bernard Plossu es un fotógrafo de instantes no decisivos, momentos que bien podríamos vivir a diario, que describiríamos con palabras reflexivas y tranquilas.
Ambos autores franceses son figuras mayúsculas de la fotografía europea, viajeros de libertad que unen diferentes continentes con el hilo de sus imágenes. Con estilos muy distintos, pero inspirando con la misma intensidad a las generaciones posteriores.
Bresson nos dice con sus momentos decisivos que tenemos que buscar de forma incansable y estar muy atentos, porque muy de vez en cuando la vida nos ofrece momentos memorables, surrealistas y efímeros, que desaparecen unos segundos más tarde cuando la vida regresa a su estado normal. Si no estamos preparados nos los perderemos. Como nos perderíamos el truco de un mago si cerrásemos los ojos. Bresson detiene el tiempo en el instante de mayor intensidad.
Plossu nos dice que lo cotidiano está lleno de belleza si sabemos mirar. Gran parte de sus fotos tendrían el mismo impacto si fuesen tomadas unos instantes antes o después. Fluye con el tiempo en lugar de pararlo. Sus fotos se parecen más a nuestras vidas y nos ayudan a comprender lo importante de buscar quienes somos dentro y no fuera. Plossu también nos dice que tenemos que estar muy atentos, pero de otra manera más íntima.
Dos formas de ver la vida, y por tanto, la fotografía, muy interesantes. Ahora cada cual que escoja la que más le guste o se invente la suya propia 😀
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Creo que no es necesario escoger, se pueden cultivar las dos y dejar que salgan solas en las diferentes situaciones.
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Uno no se apunta a una corriente, la que sea, uno fotografía según lo que es. Resulta complicado y poco productivo ir contra la forma de ver propia.
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El camino es hacia el interior. Hay que descubrir lo que es natural para uno mismo.
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Es que alto es el precio de hacer lo contrario, aunque durante un tiempo puedas seguir en ello a base de préstamos a tí mismo que no dejan de ser trampas al solitario a cobrarse en 60 días. Pero por otro lado, no sólo es cuestión de ser o hacer lo que a uno le resulte natural una vez lo descubra, sino intentar instruirse en hacerlo lo mejor posible poniendo el interés y los medios al alcance para ello.
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